En mi ciclo radial de los días domingos, hablo de muchas cosas; algunas, curiosas, otras son anécdotas personales, en fin, es el chamuyo de los que, ya, tenemos algunos años y hemos vivido con cierta intensidad.
Este domingo hablé sobre Edgar Allan Poe, ese extraordinario escritor que escribió los más notables cuentos de horror, fue un poeta formidable y un tipo de una existencia patética.
¿Por qué titulé "El gato de Poe"? Porque a todos los que amamos a los gatos, les va a conmover esta historia que tiene, como protagonista, al célebre escritor y a su esposa Virginia, una muchacha que lo amó mucho, que era su prima, y que fue la única que contuvo a Poe en sus terribles excesos.
¿Vieron que, siempre, en la vida de todo hombre, hay una mujer que sirve para ponerle límites? Casi siempre es una, casi siempre es la más impensada, casi siempre es la horma del zapato...
Mientras escribo esto, recuerdo a la negra de Baudelaire, aquella negra de la Martinica, la única con la que el poeta francés se sentía a gusto y hacía el amor como nunca. La negra de Baudelaire tiene mucho que ver con esta Virginia Clemm, la esposa de Poe.
La pareja vivió once años juntos hasta que la tuberculosis, temida enfermedad de aquella época, la mató, cuando, apenas, tenía 24 años. En esos once años, pasaron las vicisitudes más extremas; dicen los biógrafos de Poe que los socorrían los vecinos para que no murieran de hambre.
Y aquí viene lo que más me enternece de esta historia. El gran poeta había estudiado en la Academia Militar de West Point, donde su carácter díscolo no congenió y fue expulsado de dicha Academia. Pero le había quedado el capote militar y cuando Virginia quedó postrada, en cama, muriéndose, el escritor le colocaba encima su capote de West Point y...el gato, el gato negro de Poe, para que le diera calor...
!Qué extraordinario es este animal! !Qué dulce y sensible y qué útil! Virginia murió, pero llevándose el calor de este animalito que le abrigaba...
Poe, nunca pudo remediar esta pérdida. Se desbarrancó definitivamente, cuando su amada Virginia desapareció. Bebió más que nunca, se perdió más que nunca...
Hasta su muerte, en 1849, en Baltimore, cuando lo hallaron tirado sobre una vereda, totalmente intoxicado por el alcohol, usado por los canallas de siempre que lo embriagaron y le hacían votar en las elecciones locales, más de una vez...
Poe murió de neumonía, en una noche de gran frío. Tenía apenas 40 años y se iba, con él, uno de los más talentosos escritores que dio el mundo.
Honor a su genio (fue el inventor de la novela policial, entre otras cosas) y honor a ese gato, el gato de Poe, tan servicial y tan querible como toda su raza.
ROBERTO DIAZ
(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el 2007 fue declarado "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS."
6.7.08
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1 comentario:
Querido Roberto he leído tu blogs. El Gato de Poe. Síntesis dramáticade un escritorlleno de talento y extrema sensibilidad. Salvando distancias, en LaBandera, te referís a Belgrano, un grande hombre de nuestra historia(en bancarrota) que padeció la injusticiala negación y el olvido. Su ejemplo no ha sido seguido ni antres ni enel ahora de ahora.Es decir, el hombre que antes de morir exclamó: "Hay Patria mía" pasó a sersolamente un nombre en las calles del país.Pensaba en Poe y en Blegrano: Trágicos finales de dos hombres llenos de talento,padeciendo la miseria y la humillación. Es cierto que Poe tuvo y tieneun enorme reconocimiento en su creación literaria.Algún desconocido e implacable dios, decide cargar con grandes sufrimientos alos hombres, que tal vez él o la naturaleza los dotó de genio ytalento. Además de Poey Belgrano, pienso en la ceguera de Borges la sordera de Beethoven,las amargurasy todos los dolores de Raúl Gonzalez Tuñon, los tormentos mentales de Schuman,y tantos otros y otros, muchos de ellos terminando en elsuicidio.mientras los eternos pelotudos gozan de buena salud y buenvivir,Dicen que otro gran genio del mundo, tambien cayó en las redes de lahumillación y lospadecimientos de su propia creación. Dicen que lo llaman Dios, y quemuchos filosofosya lo han declarado muerto. Te felicito por tu Blogs. Alberto. (comentario de Alberto Basta enviado al correo personal de Roberto Díaz)
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