26.12.08

Los Balances

Somos tan prejuiciosos, tan supersticiosos, tan convencionales, que creemos, en estas fechas, debemos hacer un balance de nuestra vida. Sobre todo, para que empiece el año entrante y sigamos cometiendo los mismos errores, tropezando con las mismas piedras, eligiendo mal las opciones o teniendo las mismas consecuencias de nuestros actos. Pero, bueno. El balance hay que hacerlo...
Y así pasan los años y vamos por la vida con nuestras cuotas de euforia, de optimismo recalcitrante, de arrepentimientos, de oscuros deseos y de un bagaje de eufemismos que siempre tenemos a mano, sobre todo cuando la cosa viene fulera y necesitamos reconquistar nuestra autoestima.
!Qué cosa! !Qué bichos raros somos! !Qué complicados! Y mientras estamos celebrando la Navidad o el Año Nuevo o lo que fuera, mis gatos duermen plácidamente, se sometieron a la misma rutina de todos los días, atorraron, displicentemente, en mi cama, a la noche me pidieron salir para ir a mirar la luna o a otros gatos que vienen para que les dé de comer y...¿Por qué esos animalitos a los que amo no son como nosotros? No discurren, no opinan, no hacen balances...
Y estas fiestas sirven para que nos prometamos cosas, para creernos más buenos de lo que somos, para desear (sinceramente) los mejores deseos al prójimo...
¿Y por qué, cuando volvemos a la normalidad, hacemos las mismas turradas, omitimos amar o, al menos, respetar al otro, nos peleamos por tonterías, nos volvemos mezquinos, individualistas, más estúpidos que nunca?
!Somos bichos raros, no hay duda!
Y mientras acaricio a mis gatos (que siguen durmiendo o bostezando o ronroneando o tirando la bronca porque tienen vacíos los platos de comida) pienso: !Qué interesante y qué bello es vivir! !Y qué desgracia tener que irnos sin haber dicho una palabra a tiempo, o dar un abrazo cuando había que darlo, o mirar y mirarnos con más ternura de lo que estilamos!
!Qué bichos raros somos!

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el 2007 fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" POR LA LEGISLATURA PORTEÑA)

15.12.08

Los plagios

Esta era cibernética se presta, como nunca, a los plagios. Este extraordinario invento que es Internet, facilita las cosas a los canallas de siempre. Y cualquier pelafustán, aunque no tenga chapa de nada, puede apropiarse de algún material y andar haciendo cáscara de que le pertenece, haciendo alarde de su autoría. Hay, en estos momentos, muchas cosas "navegando" por ahí, de dudosa autoría, de sospechosa identidad. Los más afectados son los clásicos, a los que les roban descaradamente.
En el mundo literario, en el mundo de la canción, en el mundo de las propuestas, en general, hay muchos tordos al acecho para hacerse del "nido ajeno".
Y el robo intelectual está a la orden del día. !Ni hablar de esas versiones que se llevan a cabo de autores extranjeros, sacados de dudosos originales, donde no figura ni el nombre del traductor, como si esos textos se hubiesen traducidos solos, en forma automática! !Una vergüenza.
Hace poco, el "gran diario argentino" estuvo publicando obras clásicas en edición bilingüe, y en ningún lugar figuraba el nombre del traductor. Y consiguieron el milagro de que novelas como "Frankestein" se editaran, en idioma inglés-castellano, en apenas unas páginas, sin que en ningún sitio se leyera que era "edición reducida" o "breviario" y sin que, en ningún sitio tampoco, apareciera el nombre de quien hizo esa versión liliputiense de una novela extensa. Y así con otros títulos de esa "colección". Una verdadera depredación al buen gusto, a la ética, a la Literatura. Y los desprevenidos lectores compraron esas obras como si fueran "textos completos" y eran una mascarada de la verdadera obra original. ¿Esto no es delito?
Decía que los plagios están a la orden del día. Y todavía no he podido dilucidar si la canción "A mi madre" es de Almafuerte o de un tal Alfredo Robles (ilustre desconocido). Cuando la cantaron Gardel-Razzano, en el marbete del disco figura el nombre de Pedro B. Palacios (Almafuerte). El misterio subsiste.
Los versos de "Los ejes de mi carreta" pertenecen al poeta uruguayo Romildo Risso y no a Atahualpa Yupanqui, como todos se creen. Este asunto costó un litigio de muchos años con la familia de Risso. El equívoco aún persiste.
El tango "Contame una historia" es de Mario Iaquinandi, quien le puso los versos y no de Eladia Blázquez como muchos creen. La Blázquez no hizo nada para aclarar esta cuestión.
"Cuando un amigo se va" de Alberto Cortéz lo oí, una vez, en una copla flamenca. ¿Quién plagió a quién?
El tema "Si la muerte pisa mi huerto" de Serrat es casi un símil de "La hora íntima", poema de Vinicius de Moraes. No puede haber tamaña casualidad. Hay plagio y, supongo, que Serrat se dejó influir con los versos de Vinicius. Quiero creer...
También hay plagio en Alfredo Le Pera con "El día que me quieras". Hay demasiada similitud con un soneto de Amado Nervo, que, además, se titula igual.
Hay un plagio (alguna vez se los enseñé a mis alumnos) que consiste en lo siguiente: yo tomo el mismo tema, la misma estructura, el mismo rumbo conceptual, y voy cambiando las palabras: por ejemplo: donde el poeta originario dice: "observo la tarde, las nubes, las montañas", yo digo: "contemplo la noche, el cielo, las estrellas". Y así me deslizo por el texto.
Mi amigo Marcos Silber descubrió, en su momento, a un canallita que hace poesía y que plagia de este modo. Toma a los poetas extranjeros, no demasiado conocidos o menos conocidos, y utiliza este método. Método que utiliza Serrat en el tema citado y utiliza Le Pera en "El día que me quieras".
Hay mucha tela para cortar en esto. Un célebre médico cardiólogo escribió un texto literario en una revista y resulta que saltó un escritor colombiano con un texto de su autoría que era igualito a éste, no le faltaba ni le sobraba nada. Gran escándalo por la notoriedad de nuestro médico, hubo que calmar las iras del colombiano y llegar a la conclusión de que este célebre médico cardiólogo había sido visitado por el "alemán" Alzheimer o estaba sufriendo una ateroesclerosis galopante.
Por último: dos veces, me robaron traducciones y dos veces les hice morder el polvo, al menos resarciéndome en metálico. En una ocasión, fue un cuento de Wilkie Collins, del que se apropiaron cambiándole unas pocas palabras con sinonimias; la segunda vez fueron siete poemas de autoras de habla inglesa a las que no le cambiaron ni un punto.
Quiere decir que se debe estar alerta, permanentemente. Y uno no puede ser Mandrake ni Shelock Holmes. Por lo tanto, hay que pensar (y creerlo) que anda más de un plagio que nos perjudica, por esos "campos de Dios". !Qué se le va a hacer!

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el 2007, fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES, POR LA LEGISLATURA PORTEÑA.)

11.12.08

Día del Tango

EL TEXTO A CONTINUACION FUE EDITORIAL DEL DIARIO "LA CIUDAD" DE AVELLANEDA EL DIA 11DE DICIEMBRE DE 2008


Está bien que exista el "Día del Tango" en un país que no le da ninguna importancia al tango. Pero es coherente con la forma de pensar de la mayoría de sus habitantes, ese doble discurso que obliga a recordar algo que, en los hechos, se desprecia u omite.
El Tango es, a no dudarlo, la máxima expresión popular que se ha escrito y ejecutado en el mundo entero. Ningún otro ritmo, ninguna otra música, ninguna otra iconoclastia, puede superarlo, ni siquiera el mismo Jazz que, a pesar de ser una música decididamente importante, no alcanza los niveles de cantidad y calidad que hay en el Tango.
Por eso, millones de personas en el mundo adhieren a su danza y a su música y, seguramente, adherirían también a su poesía, si entendieran el idioma.
Por lo tanto, es hasta ridícula la polémica y absurdas las notas que se escriben por allí, tratando de desmerecerlo.
Los argentinos, siempre nos hemos caracterizado por destruir todo aquello que nos pertenece. Somos tan ignorantes, tan imbéciles, que hemos destruido nuestro patrimonio histórico, nuestro patrimonio artístico, hemos desdeñado a nuestros artistas más conspicuos, hemos echado a nuestros mejores científicos y hasta cerramos las Facultades durante los feroces gobiernos militares, en un alarde de prepotencia, pero jamás de sabiduría.
Entonces, el Tango -pobrecito- tuvo que soportar (y aún soporta) a muchos exégetas que no le hacen nada bien, a oportunistas de toda laya que dicen amarlo, a difusores que se han quedado en el tiempo y a un bombardeo permanente de una música (¿habrá que llamarla música?) que es aturdidora, que no tiene ni pizca de melodía, que es ramplona en su letra y que, además, viene a invadirnos y a quitarnos lo poco de cultura que nos queda.
Entonces, hoy es el Día del Tango. Seguramente, se harán algunos actos que lo recuerden. Seguramente, los tres o cuatro nombres que le facturan al Oficialismo dirán "presente" en algún Salón Dorado, no importa que sean cantantes de otros géneros, y pasará la fecha y volverá al olvido.
Cuando, en realidad, si nos interesara el género, deberíamos darle trabajo a los artistas que lo interpretan, deberíamos propiciar extensas embajadas que salgan por el mundo a decir que el Tango es argentino y no finlandés y contrarrestar con ese vergonzoso espectáculo de algunos "buscas" que lo salen a bailar o a tocar por ferias y plazas del mundo, para limosnear alguna moneda.
Eso es lo que tendríamos que hacer y obligar a las emisoras radiales y a los canales de televisión a ejecutar música argentina. Esta sería una de las tantas maneras de homenajear al Tango en vez de tanta fecha sin sentido, en vez de recuerditos de ocasión, en vez de tanta hipocresía barata.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En 2007, fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" POR LA LEGISLATURA PORTEÑA.)