23.1.07

Los pequeños poemas en prosa

En estos días, estoy escribiendo una versión de los "Pequeños poemas en prosa" de Baudelaire, un libro que, siempre, me fascinó y que me parece superior a "Las flores del mal". Gustos, que le dicen...
En este pequeño volumen del talentoso poeta francés, encontramos algunas joyas de gran calidad estética y humana. Baudelaire fue un hombre torturado por muchas cuestiones, comenzando por su "Edipo", su odio a su padrastro, su relación inestable con las mujeres, su impotencia, etc. hasta que aparece, en su vida, esa prostituta negra de la Martinica a la que le dedica bellas páginas y consuma maravillosamente el amor con ella. Baudelaire, parece ser, había contraído sífilis cuando era muy joven y esa enfermedad fue progresando hasta llevarlo a la muerte a los 48 años. Dicen que, durante la guerra franco-prusiana en 1870, se vio a la negra en muletas pidiendo limosna por las calles de París. El escritor le habría contagiado su enfermedad.
Muchos no saben que este soberbio escritor fue el primero que tradujo los textos de Edgar Allan Poe al francés; profesaba una gran admiración por el autor de "El Cuervo".
Pero volvamos a los pequeños poemas en prosa. Hay algunos textos que son imperdibles como ese en donde el autor le hace oler un perfume a su perro y éste huye espantado. "!Miserable perro! -le dice Baudelaire- te pareces al público que prefiere excrementos a los bellos aromas". O aquel donde le da un trozo de pan a un chiquillo desarrapado y éste lo llama "pastel"; cuando lo va a comer, aparece otro chiquillo y se trenzan en una feroz pelea hasta que el trozo de pan termina en migajas. Dice Baudelaire: !qué extraño país donde los niños le llaman "pastel" a un trozo de pan..! La sensibilidad del artista que, anteriormente, encontraba belleza en el paisaje, va sintiendo cómo éste desaparece ante la lucha de dos muchachitos por un pedazo de pan...!Admirable!
O aquel otro, dedicado al pintor Edouard Manet, donde el chiquillo que había contratado el protagonista como mandadero, se ahorca en su cuarto, aprovechando que él había salido. Asombra la indiferencia de la madre y el padre, muy humildes ellos, cuando les va a dar la noticia. Luego, ante la presencia en el cuarto del clavo y la cuerda que utilizó el jovencito para ahorcarse, la madre le pide llevársela y él cree que la quiere para recordar a su hijo,para tener presente su dolor.
Pero, al día siguiente, cuando recibe multitud de cartas de sus vecinos, pidiéndole algún trozo de cuerda del ahorcado, comprende que la madre hará comercio de su tragedia. !Muy bueno!
Los "Pequeños poemas en prosa" de este gran poeta francés, es un libro que debe leerse por su rara sensibilidad y por el humanismo que hay en sus páginas.
He dicho.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los pequeños poemas en prosa, es uno de mis libros favoritos. También opino que le gana en superioridad a las "Las flores del mal".
Y me encanta en particular "los ojos de los pobres".

Llegué a tu blog por Baudelaire, y regresaré después para leer más tus textos.
Qué tengas un maravilloso día, lleno de magia y poesía!

Lizbeth Peña