28.12.07

Un nuevo año

Este año 2007 que se nos va, fue bastante propicio para mí. En el plano literario, tuve muchas satisfacciones ya que logré sendos terceros puestos, uno en el Certamen de SADAIC con mi vals "Tu amor en la casa"; luego con un cuento titulado "Abuelita" en el Certamen "Leopoldo Marechal" de la Municipalidad de Morón. Posteriormente, el primer premio en el Certamen del Fondo Nacional de las Artes con una milonga que tiene música de Reynaldo Martín titulada "Milonga de noche larga". Ya por el mes de setiembre, la Legislatura porteña aprobó por unanimidad el reconocimiento como "Personalidad destacada de la cultura de la ciudad autónoma de Buenos Aires", hecho que se concretó en el Salón Dorado de la Legislatura el día 31 de octubre cuando tanto mi amigo Reynaldo Martín como yo, recibimos de manos del diputado Héctor Bidonde la distinción. Fue un acto cálido y emotivo con el salón colmado de colegas y amigos.
Y finalmente el primer premio que me otorgó un jurado integrado por Luis Alposta, Hilda Guerra y Marcos Silber en el Certamen sobre el centenario del nacimiento de Homero Manzi con cuatro sonetos que le dediqué al gran poeta popular. Este certamen lo organizó Bairespopular, una entidad de Boedo. El premio se hizo público en el mes de noviembre con un acto de premiación y la exhibición de un video sobre la vida y trayectoria de Manzi.
Por lo tanto, no puedo quejarme. Mi salud y la de mi familia transitó por carriles bastante normales; mi madre, con sus 90 años, está muy bien y yo sigo teniendo trabajo literario en la Municipalidad de Avellaneda, mi taller en Gente de Arte funcionó bastante bien y continúo escribiendo para el diario "La Ciudad". No puedo quejarme.
Y si bien nunca he sido conformista (por el contrario, más bien protestón) a esta altura de mi existencia, aprendí que hay que tomar lo que la vida te da, sea mucho o poco.
Por lo tanto, me conformo si el 2008 quiere ser indulgente conmigo, como lo fue el 2007, y me otorga algo similar. De lo contrario, no me enojaré con el año, siempre y cuando me dé afectos y una salud como para seguir remando.
A todos mis amigos y colegas, que suelen leer este modesto diario, les deseo toda la suerte del mundo, sobre todo en sus vocaciones y en sus amores. El dinero y la salud son hados caprichosos que, a veces, te abrazan y, otras, te niegan el saludo.
!Muy buen año 2008 para todos!

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales; fue reconocido "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por la Legislatura porteña.

21.12.07

El Grupo "El Pan Duro"

Noches pasadas, estuvimos en la Academia Porteña del Lunfardo celebrando la aparición de un libro sobre el Grupo "El Pan Duro".
El autor ha sido el poeta y amigo Héctor Negro y la reunión tuvo la calidez que suele tener el repaso de los recuerdos. Una serie de poetas (más encanecidos merced a la compañía del tiempo) se hicieron presentes para homenajear a este Grupo de Poetas que supo tener protagonismo en la década del ´60. Allí estaban los que integraron el Grupo como Hugo Ditaranto, Julio César Silvain, Alberto Wainer, Luis Alberto Navalesi, Tito Agosti, quien les habla y Héctor Negro, el autor del libro.
También, sentados entre el público, andaban los queridos Carlos Patiño y Rafael Alberto Vásquez, que pertenecieron a otro legendario Grupo: "Barrilete".
Eugenio Mandrini rompió el fuego con su proverbial elocuencia, Negro fue haciendo de hilo conductor y los poetas del Grupo "El Pan Duro" brindaron un recital con un par de poemas de su autoría (de antes y después).
Se rememoraron hitos del "Pan Duro", como el bar "Callao 11", la casona de Medrano y Corrientes "Noa Noa", por donde tantos conspicuos artistas pasaron. Y se recordó, también, a uno de sus fundadores: el poeta Juan Gelman, a los que ya no están o a los que están viviendo en el exterior como Juan Hierba.
Fue una noche de plena emoción porque hubo reencuentros (grato fue mi reencuentro con Alberto Wainer a quien no veía desde hacía muchos años) y con otros muchachos.
El Grupo "El Pan Duro" fue un hito en la poesía de los 60; luego, sus integrantes tomaron por distintos rumbos, pero su nombre quedó ligado a una manera de ser y de sentir, a una sensibilidad propia y a un estilo de vida y obra que ha sido reconocido por el mundo de la cultura, más allá de los tradicionales "ninguneos" de los grandes medios. "El Pan Duro" era un grupo de jóvenes contestatarios que no aceptaban la perversión del sistema y lo expresaban, cada uno desde su voz.
El libro que escribió Negro apelando a su memoria y, también, a la memoria de sus compañeros es un compendio acertado de toda la historia del Grupo. Hay fotos ilustrativas, hay capítulos destinados a cada integrante y recuerdos para muchos creadores que ya no están físicamente, pero se los rememora por haber sido parte de esta aventura poética.
Me honra haber pertenecido a este Grupo y haber compartido con tantos aquellos años libertarios. Me honro porque el Grupo sirvió, creo, para que yo creciera en lo personal; mi primer libro de poemas: "Epitafio del gris", fue elegido unánimemente por mis pares. Los recitales diversos me hicieron perder timidez ante el público y, de allí en más, inicié el camino de la poesía con (hasta este momento) 12 libros editados.
Le auguro al libro sobre "El Pan Duro" redactado por mi amigo Héctor Negro bajo el sello editor de Marcelo Olivieri, toda la suerte que se merece.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. Acaba de ser reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por la Legislatura porteña)

16.12.07

Cierta bronca

Sí, es humano tener bronca cuando se observa cómo se desbarranca al Tango con el concurso de ciertos seudo historiadores que, haciendo gala de una memoria plagiaria, nos vienen a contar anécdotas de épocas pasadas, con protagonistas recontra enterrados y con episodios totalmente imposibles de constatar.
Son los "viudos" y "viudas" de un tango perimido; oportunistas que quieren sacar tajada de esa "industria de la nostalgia" berreta. Son los que nos comentan giladas como si fueran importantes acontecimientos. Y repiten y repiten -como loros descerebrados- lo que ya dijeron otros "historiadores" continuando con este perverso hábito de no crear y vivir, como garrapatas, de los verdaderos creadores.
Estos tipos y tipas merecen todo mi desprecio. Escriben libros apócrifos, dan charlas mediocres, reseñan episodios de cuarta o quinta mano y utilizan el buen nombre de los artistas fallecidos, que ya no pueden defenderse de esta verdadera lacra.
El Tango subsistirá y sobrevivirá en tanto y en cuanto acepte que debe renovarse y abra la cabeza a los nuevos tiempos. Sin perder la dignidad de su poesía, esa que forjaron Homero Manzi, Homero Expósito, Cátulo Castillo, Discepolín y tantos otros poetas que lo renovaron merced a sus talentos personales. Lo mismo cabe para los músicos. Todo lo demás, es frivolidad pura de estos sinvergüenzas que se autotitulan "historiadores", "difusores de tango", "cantantes", etc.
Quiero hacer la salvedad que, entre estas disciplinas que señalé, hay auténticos cultores, que tienen conocimientos y que tratan de salvar la ropa ante tanta ordinariez, tanta mersada suelta.
La dignidad del género la dieron los poetas y músicos de real valía; los que se expresaron con belleza y altura. Los que, realmente, trabajaron y mucho para hacerlo popular. Entre todos ellos, resalta la figura inigualable de un artista sin par: CARLOS GARDEL.
Ahora, el Tango está en manos de estos mercachifles, rapuñadores de las migajas en la que ha quedado el género. Y en los fenicios de la noche, que se adueñaron de locales donde para escuchar a cualquier "rompe tímpanos", hay que pagar una fortuna por una copa. Es eso que llaman "for export" para engañar a turistas desprevenidos, que creen que la danza del Tango es esa acrobacia absurda o que "Caminito" es lo único que se ha podido rescatar del incendio tanguero.
Insisto: da cierta bronca todo esto y se vienen épocas peores, en virtud de que la cultura porteña ha quedado en manos de "privatizadores", capaces de encontrar una moneda raspando hasta la costra de la vieja.
Los auténticos artistas populares, deberán encontrar una manera de frenar este comercio que se viene con la cultura.
De lo contrario, moriremos en el intento y el Tango, como otras tantas expresiones que nos identifican, sucumbirá en los bolsillos de estos canallas.
He dicho.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. Acaba de ser reconocido "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS."

9.12.07

Enrique Cadícamo

Contaba hoy, domingo, en el programa radial de Juan Carlos Apiccella, que estaba leyendo las Memorias de Enrique Cadícamo, libro apasionante para todos los que aman bien al Tango, sobre todo por la historia de vida, la experiencia y el calor humano que existe en alguien como Cadícamo, un autor de tangos prolífico y que vivió la friolera de un centenario.
En este libro tan ameno, podemos observar cómo Cadícamo define a su entorno con sutil elegancia; la discreción es su lema a pesar de que subsiste en estas páginas un velado encono hacia el autor de "La Cumparsita": Matos Rodríguez. El inspirado autor de "Madame Ivonne" señala dos trastadas que le hizo el uruguayo y que lo distanciaron no una sino dos veces de su amistad.
También demuestra Cadícamo cómo se cocían habas en aquellas épocas: dos veces fue estafado en sus derechos de autor, lo que implica que la transfugada y el sinvergüencismo siempre ha estado presente cuando de humanos se trata.
Pero lo significativo es que don Enrique, con tan sólo treinta años de edad, ya vivía de sus derechos de autor, gracias a los temas que le cantaban los cantores de aquellos años.
En cambio, ahora, la mayoría de los cantores ignoran lo que hacen los poetas del Tango y no sólo los ignoran sino que los omiten a la hora de plantearse un repertorio. Da la impresión que es más fácil y más cómodo cantar (dos millones de veces) "Malena" o "Como dos extraños" a arriesgarse con alguna pieza de un poeta contemporáneo. El género no puede revitalizarse con esta mentalidad retrógrada, de mediocres, que tienen muchos que dicen "cantar tango".
Carlos Gardel, un artista ejemplar, le cantó a todos los poetas del 20 y el 30; interpretó los temas de muchachos que no tenían más que la edad del siglo y los hizo conocer y los paseó por el mundo.
!Cuánto le debe el Tango a Gardel!
En cambio, nada deberemos, en el futuro, a tirifilos que no sienten el pulso de la época y se quedaron estancados en el vestidito de percal, el farolito malevo, el guapo que murió ensartado por otro guapo, las chatas entrando al corralón, la obrerita que tosía por las noches, el tipo que dejó la cárcel y el cornudo que se guardó las trenzas de la china en una maleta (ni siquiera de cuero).
Ese tango bochornoso no nos salvará. Y los otros, los que nos dignifican, ya merecen un descanso mientras tallan los jóvenes poetas del hoy y los jóvenes músicos del ahora.
De este modo, el Tango recibirá una inyección vital para levantarse y seguir andando.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales; acaba de ser reconocido "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por la Legislatura porteña.)