La década que comenzó en 1960 fue muy rica en cultura. Hubo una explosión de libertad de esa generación y, en todo el mundo, se produjeron acontecimientos protagonizados por la juventud que cambiaron las ideas y trataron de que el mundo fuera mejor, bajo la utopía de los sueños y el amor como motor imprescindible de marcha hacia un futuro que fuera promisorio. Ya sabemos que mucho de esto no se cumplió después. Pero honor a esa generación de idealistas que lo intentaron.
Fueron los años del movimiento Beatnik, del mayo francés, del advenimiento de Los Beatles, del hombre llegando a la luna y, entre nosotros, la eclosión de revistas, de grupos de poesía, de muestras de pintura, de cine de vanguardia en el Lorraine, de presentación de libros, de fraternidad de ideas.
La generación del ´60 fue prolífica en la cantidad de poetas que dio, de poetas que reivindicaron el lenguaje popular, el tango como expresión, la inquietud social, la bohemia de la calle Corrientes.
Esos poetas viven, muchos de ellos, en el recuerdo de sus colegas y amigos.
El domingo 10 de mayo, en la Feria del Libro, presenté el libro premiado de Eugenio Mandrini: "Conejos en la nieve". Este libro obtuvo el Premio "Olga Orozco" ante un jurado de notables. Y Eugenio, generosamente, quiso que fuera yo el que lo presentara. Una de las cosas que dije, antes de leer mi texto de presentación, es que ese premio era una reivindicación de la Generación del ´60, una generación absolutamente ninguneada, marginada de los medios de comunicación, silenciada adrede por los esbirros del statuo quo.
Me pareció que era obligación decirlo, sobre todo porque muchos de esos poetas ofrendaron su vida a la causa de un sueño. Pero, más allá de estos aspectos, la poesía del ´60 fue vital, novedosa, inquietante, militante y bella.
Esos poetas del ´60, muchos de ellos, estaban sentados en esa sala "Alfonsina Storni" acompañando a Eugenio Mandrini y a su deslumbrante "Conejos en la nieve".
Luego, el flaco habló con su proverbial elocuencia, contó una historia que tenía que ver con el origen de todos nosotros, actuó Marcela Bublik y Alejandro Szwarcman y Oscar González, en representación de Ediciones Colihue, se encargó de abrir y cerrar el acto.
El libro de Mandrini fue recibido calurosamente por el público que se dio cita en la sala y yo tuve la sensación de que nuestra generación, la del ´60, estaba presente en pleno, reviviendo una vez más ese sueño vigoroso de la Poesía que colmaba las salitas y los sótanos de aquella época, cuando estaban a nuestro lado, alentándonos, Lubrano Zas, Raúl González Tuñón, Rolando Mañanes y los queridos actores que nos hacían "pata" en nuestros delirios metafóricos: José María Gutiérrez, Walter Soubrié, Michelle Bonnefoux, Perla Santalla y tantos, tantísimos más...
Mi querido hermano Pedro Gaeta (que no estuvo en la presentación de Mandrini porque no anda bien de salud) alentaba, también, con su paleta colorida participando de toda aquella aventura del alma al lado de nuestro recordado Roberto Jorge Santoro.
Y entre los músicos, Mingo Moles, Rodolfo Mederos, Osvaldo Avena y los cantores Reynaldo Martín, Carlitos Barral, "Galleta" Miguez, Gabriel Reynal...
!Qué tiempos! El libro de Eugenio Mandrini, aunque su temática sea esencialmente lírica, me hizo recordar aquellos años jóvenes, cuando toda nuestra vida estaba, todavía, por desplegarse...
El libro de Mandrini viene a reivindicarnos, a decir: "aquí estamos". Y me arriesgo a decir que Eugenio es uno de los grandes poetas vivos que nos quedan...
ROBERTO DIAZ
(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el año 2007, fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por el Honorable Concejo Deliberante).
11.5.09
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