22.11.08

Recordando a Pablo Neruda

Una vez, estaba en la ciudad de Praga, recorriendo el Castillo y veía desde allí unos tejados rojos; alguien me dijo: "ese es el barrio de la Malá Strana"; entonces, recordé que, en ese barrio, había vivido un escritor que quería mucho, sobre todo por esos relatos entrañables que había escrito sobre su pintoresco barrio y sus pintorescos personajes. Me refiero a Ian Neruda.
Y precisamente de ese Ian Neruda, extrajo Pablo su apellido. Era tanta la admiración hacia este escritor checo del siglo XIX, que se puso Neruda por él. Y aquel Ricardo Eliazer Neftalí Reyes, se convirtió en Pablo Neruda, que lo hizo inmortal.
Había nacido en el sur de Chile, había sido hijo de un padre ferroviario y fue un militante de la Vida, más allá de su profesión de fe comunista. Llegó a ocupar cargos diplomáticos, fue legislador y un poeta de excepción.
Neruda ha enaltecido a la Poesía, porque le imprimió belleza y de la buena. Sus libros contienen versos hermosísimos como aquel Farewell: "desde el fondo de ti y, arrodillado, un niño triste como yo nos mira..."
Escribió poemas testimoniales como los de "El Canto General" o "España en mi corazón", escribió versos donde el Amor aleteaba como un ave de mil colores, escribió a las cosas más cercanas y humildes como en sus "Odas Elementales" y dejó un libro bellísimo "Confieso que he vivido".
Fue un sibarita, un cultivador de la Belleza, un hombre comprometido con su tiempo; sufrió exilio, sufrió cárcel y, cuando ya se estaba muriendo de un cáncer de próstata, los milicos de su país le violaron la casa, le saquearon sus pertenencias, le incendiaron sus libros y lo mandaron a morir al hospital y lo enterraron en silencio, como una ignominia.
Claro. Como ha pasado con otros tantos Poetas, les es imposible silenciar la belleza, matar sus versos más logrados. Y matan la carne y la llevan a enterrar a lo oscuro, pero esa carne regresa hecha verso, hecha luz, hecha eternidad.
Así ha sucedido con Pablo Neruda. Vuelve y vuelve, cada vez con más fuerza. Y su voz es inextinguible.
Este año se cumplieron 35 años de su muerte. Y está más vivo que nunca.
!Qué cosa! !Son los extraños tejes y manejes de los Poetas! !Se resisten a morir, los muy empecinados! !Se resisten a quedarse en silencio!
Y ese hombre bailarín de tango, amador como pocos, comedor y libador como pocos, que amaba tantísimo a la Vida, siempre está con sus versos a flor de piel, siempre tiene una metáfora feliz para todos, siempre vive, siempre vive, siempre vive...

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el 2007, fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS." POR LA LEGISLATURA PORTEÑA.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo me doy dique diciendo:
-¡ÉSE ES MI AMIGO!
Luis

Anónimo dijo...

Y yo me doy dique diciendo:
-¡ÉSE ES MI AMIGO!
Luis

Anónimo dijo...

Gracias Roberto por recordar a un grande de la poesía como lo es Neruda que como muy bien dices, nunca morirá. La carne muere pero el espiritu queda siempre entre nosotros.
Un beso desde España.
Marga

Anónimo dijo...

"desde el fondo de ti y, arrodillado, un niño triste como yo nos mira...", hermoso realmente; es cierto, Roberto, la belleza no se puede matar. Un placer visitarte después de tanto tiempo en esta casa tuya, nuestra. Estás en los links de AROMITO (http://aromitorevista.blogspot.com), date una vueltita, un abrazo fuerte, sincero y todo el bien,
josé maría

Mariano Canegallo dijo...

Querido Roberto
Hace un tiempo largo que vengo pensando en esto de la trascendencia y la inmortalidad de las letras. Me animo por esto a compartir contigo un poema que escribí, por cierto, para quedarse...

Sombras

Yo sé que cuando muera
viviré así...
de pelpa en pelpa.
Tal vez, y casi sin permiso
suba a todos los balcones
que hoy miro sólo desde enfrente
mientras voy por la vereda.
¿Quién será el nuevo dueño
de éste lápiz
con que he escrito estas,
y tantas otras letras?
Y... ¿Quién será el lector
que pronuncie vivas
mis palabras?
¿Quién lo hará por mí cuando yo muera?
A veces pienso en esa sombra
de tinta que guardo en mi camisa
y que seguirá manchando en tango,
aunque esté seca.
Y aunque la parca me busque
y me lleve
donde ella quiera,
yo viviré...
así... de pelpa en pelpa.
...
Mariano Canegallo

Mariano Canegallo dijo...

Querido Roberto
Hace un tiempo largo que vengo pensando en esto de la trascendencia y la inmortalidad de las letras. Me animo por esto a compartir contigo un poema que escribí, por cierto, para quedarse...

Sombras

Yo sé que cuando muera
viviré así...
de pelpa en pelpa.
Tal vez, y casi sin permiso
suba a todos los balcones
que hoy miro sólo desde enfrente
mientras voy por la vereda.
¿Quién será el nuevo dueño
de éste lápiz
con que he escrito estas,
y tantas otras letras?
Y... ¿Quién será el lector
que pronuncie vivas
mis palabras?
¿Quién lo hará por mí cuando yo muera?
A veces pienso en esa sombra
de tinta que guardo en mi camisa
y que seguirá manchando en tango,
aunque esté seca.
Y aunque la parca me busque
y me lleve
donde ella quiera,
yo viviré...
así... de pelpa en pelpa.
...
Mariano Canegallo

gurvithector dijo...

Roberto:
Un abrazo y hermosa síntesis de Neruda.
Gracias
Héctor Gurvit

Roberto Díaz dijo...

He leído tu comentario sobre Neruda y también todos los que le acompañan. Son escuetos, directos, atrapan al lector.
José Costero (Barcelona, España)