Sí, es humano tener bronca cuando se observa cómo se desbarranca al Tango con el concurso de ciertos seudo historiadores que, haciendo gala de una memoria plagiaria, nos vienen a contar anécdotas de épocas pasadas, con protagonistas recontra enterrados y con episodios totalmente imposibles de constatar.
Son los "viudos" y "viudas" de un tango perimido; oportunistas que quieren sacar tajada de esa "industria de la nostalgia" berreta. Son los que nos comentan giladas como si fueran importantes acontecimientos. Y repiten y repiten -como loros descerebrados- lo que ya dijeron otros "historiadores" continuando con este perverso hábito de no crear y vivir, como garrapatas, de los verdaderos creadores.
Estos tipos y tipas merecen todo mi desprecio. Escriben libros apócrifos, dan charlas mediocres, reseñan episodios de cuarta o quinta mano y utilizan el buen nombre de los artistas fallecidos, que ya no pueden defenderse de esta verdadera lacra.
El Tango subsistirá y sobrevivirá en tanto y en cuanto acepte que debe renovarse y abra la cabeza a los nuevos tiempos. Sin perder la dignidad de su poesía, esa que forjaron Homero Manzi, Homero Expósito, Cátulo Castillo, Discepolín y tantos otros poetas que lo renovaron merced a sus talentos personales. Lo mismo cabe para los músicos. Todo lo demás, es frivolidad pura de estos sinvergüenzas que se autotitulan "historiadores", "difusores de tango", "cantantes", etc.
Quiero hacer la salvedad que, entre estas disciplinas que señalé, hay auténticos cultores, que tienen conocimientos y que tratan de salvar la ropa ante tanta ordinariez, tanta mersada suelta.
La dignidad del género la dieron los poetas y músicos de real valía; los que se expresaron con belleza y altura. Los que, realmente, trabajaron y mucho para hacerlo popular. Entre todos ellos, resalta la figura inigualable de un artista sin par: CARLOS GARDEL.
Ahora, el Tango está en manos de estos mercachifles, rapuñadores de las migajas en la que ha quedado el género. Y en los fenicios de la noche, que se adueñaron de locales donde para escuchar a cualquier "rompe tímpanos", hay que pagar una fortuna por una copa. Es eso que llaman "for export" para engañar a turistas desprevenidos, que creen que la danza del Tango es esa acrobacia absurda o que "Caminito" es lo único que se ha podido rescatar del incendio tanguero.
Insisto: da cierta bronca todo esto y se vienen épocas peores, en virtud de que la cultura porteña ha quedado en manos de "privatizadores", capaces de encontrar una moneda raspando hasta la costra de la vieja.
Los auténticos artistas populares, deberán encontrar una manera de frenar este comercio que se viene con la cultura.
De lo contrario, moriremos en el intento y el Tango, como otras tantas expresiones que nos identifican, sucumbirá en los bolsillos de estos canallas.
He dicho.
ROBERTO DIAZ
(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. Acaba de ser reconocido "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS."
16.12.07
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