20.4.07

La importancia de Internet

Tuve un amigo muy apreciado allá por la década del 70/80 del siglo pasado. Se llamaba Ismael Colombo y era el hijo del célebre imprentero y editor don Francisco Colombo, aquel que había publicado la primera edición de "Don Segundo Sombra".
La familia Colombo era oriunda de San Antonio de Areco, el pueblo de Ricardo Güiraldes y las dos familias eran muy amigas.
Siempre me interesó la literatura de Güiraldes; tanto es así que, en el año 1977, viajé a España para dar, en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad Universitaria de Madrid, charlas sobre Roberto Arlt y el autor de "El Cencerro de Cristal".
Conocí a Ismael en la recordada librería que poseía el actor Iván Grondona en la calle Montevideo de la Capital Federal. Y como él era tan versado en Güiraldes (además, lo había conocido siendo muchacho) empezamos a tener una buena amistad y a trabajar conjuntamente en un texto donde Ismael (con su prosa poética excelente) iba desgranando aspectos biográficos de don Ricardo y yo realizaba el análisis literario de esa pieza magistral que es "Don Segundo Sombra".
Publicamos una serie de notas en el diario "La Ciudad" de Avellaneda, pero la muerte del querido amigo impidió que siguiéramos trabajando para convertir en libro aquella tarea conjunta.
He realizado múltiples trabajos sobre Güiraldes desde publicaciones a notas pasando por un espectáculo que se estrenó en el Teatro de Luz y Fuerza y combinó guitarra a cargo de Carlos Martínez (el mejor intérprete de la música de Abel Fleury que existe en la actualidad) la voz de mi amiga la actriz Dora Mils, mi texto y la coordinación de Alberto Albornoz.
Ismael Colombo, al estar dentro de mi recuerdo y de mi corazón, seguramente participó, también, de este homenaje al gran escritor.
Pero, ahora viene la sorpresa.Acabo de recibir un mail de María Laura Colombo, nieta de Ismael, que reside en Capilla del Señor y que halló, de casualidad, viajando por Internet, una nota mía publicada en el diario "La Ciudad" en el 2006 donde recordaba al amigo. Y me escribió porque esta muchacha anda rastreando sus raíces y a su abuelo Ismael no tuvo oportunidad de conocerle.
De inmediato, le contesté, le di algunos datos sobre su abuelo, le dije la verdad: que era un hombre bueno, de un profundo humanismo y que tenía una prosa excelente.
Quedamos en contacto; ella me agradeció mis datos y, seguramente, a la brevedad nos veremos personalmente.
Esta es la importancia de este fabuloso invento que se llama Internet en donde uno, además de encontrar todos los datos que se le ocurra, puede encontrar personas y establecer nuevas amistades.
Me pareció tan fantástico esto, que quise transmitirlo y compartirlo con mis buenos amigos, los lectores.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

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