La Editorial me ha solicitado una versión de los "Pequeños poemas en prosa" y de "Las flores del mal" de Baudelaire.
Acepté la propuesta porque este poeta, que en su época fue considerado "maldito", es una bisagra en la poesía del siglo XIX.
Hay una poesía antes y después de Baudelaire. Y esa extraña mezcla de romanticismo, realismo y simbolismo que se desprende de sus textos, es lo que ha convocado a multitud de lectores en el siglo XX.
Digo en el siglo XX, porque este poeta francés fue muy castigado en vida. Su libro "Las flores del mal" fue prohibido por "procaz" y Baudelaire, con esa rara ironía que atesoraba, respondió algo parecido a esto: "me recuerdan a una prostituta que, una vez, quiso conocer el Museo del Louvre y me pidió la acompañara. Se tapaba el rostro, horrorizada, cada vez que veía un cuadro con desnudos". Esta ramera, que se llamaba Louise, le preguntaba, a cada rato, al poeta, cómo era posible que se exhibieran públicamente semejantes indecencias.
Terminaron multándole con 300 francos y la prohibición de seis poemas. Más tarde, se editó en versión íntegra en 1869.
"Las flores del mal" es un libro revelador; es el libro de un poeta visceral, con una visión sombría de la vida. El periódico "Le Figaro" publicó, en su momento, algunos textos bajo el título de "El spleen de París". La palabra "spleen" (se pronuncia "esplín")no tiene una traducción precisa, pero lo más cercano sería: "hastío", "melancolía" y fue usada, posteriormente, por algunos autores de tango, sobre todo cuando, luego de leer "Escenas de la vida bohemia" de Enrique Murger, evocaban paisajes y escenas parisinas.
Esa bohemia y ese "esplín" de Baudelaire lo llevó a escribir un libro donde la poesía despliega sus mejores alas.
El poeta "maldito" fue un gran admirador de otro poeta, maldito y romántico como él: me refiero a Edgar Allan Poe. La primera traducción al francés de "El Cuervo" fue realizada por Baudelaire.
Estoy, entonces, enfrascado en "Las flores del mal" intentando una versión lo más digna posible de este libro notable. Ya terminé los "Pequeños poemas en prosa" aunque debo, todavía, corregir y preparar un prólogo.
Todas estas actividades sólo dejan -como diría un español- "calderilla", pero un gran amor por la literatura y por un poeta como Baudelaire, es lo que me lleva a hacer el trabajo.
Ojalá se aproxime en algo al original.
ROBERTO DIAZ
(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)
9.2.07
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