5.7.10

Los poetas lunfardos

La Poesía lunfarda (o lunfardesca) arranca a mediados del siglo XIX, cuando la eclosión inmigratoria, sobre todo de italianos y españoles, combinan una jerga que nosotros denominamos "cocoliche". Allí comenzó este dichoso lunfardo que vino, se sentó a la mesa como un comensal no invitado y se sirvió un montón de platos del idioma.
Todos los países tienen un argot, una jerga que avanza, paralela, con el idioma original. En inglés, se llama "Slang"; en Brasil se llama "Giria", en el gitano "Caló" y así sucesivamente.
En nuestro lunfardo (palabra que proviene de "lombardo" y quiere decir "ladrón") hay mucho de los dialectos italianos y del caló.
Coménzó utilizándose en las cárceles y era un lenguaje de los presos para evitar que los guardia cárceles entendieran. Después, se convirtió en el lenguaje del arrabal y llegó al tango por obra y magia de los letristas que componían aquellos temas.
Fíjense que en nuestro primer tango-canción, que grabó Carlos Gardel en 1917, dice Pascual Contursi en sus dos primeras palabras del texto: "percanta que me amuraste". La palabra "percanta" (que significa mujer) viene de cuando los italianos se le acercaban a las prostitutas para preguntarle cuánto cobraban. "Per cuanto" decían.
!Qué rica es nuestra lengua! Siempre recuerdo, una noche en Barcelona, mientras hacía el aguante a mi amigo, el periodista y escritor peruano Carlos Meneses, que viajaba hacia Palma de Mallorca, donde residía, una larga tenida sobre lunfardo porteño y peruano. !Mi Dios! !Cuántas palabras se dijeron esa noche, misteriosas, extrañas, para él y para mí! El lunfardo peruano, también es rico en léxico.
Para mi gusto, el mejor poeta del lunfardo ha sido Carlos de la Púa. Hay un tono, un clima dramático en sus versos que no encuentro (salvo quizá en Celedonio Flores) en otros poetas lunfardescos, que abusaron del color, del pintorequismo y terminaron haciendo versos superficiales.
Tal vez, aparezca un poeta del lunfardo que me rebata lo que digo y está bien. Es lo que me parece.
Pero no invalido, para nada, esta lengua que tiene un tango emblema llamado "El ciruja" y en tantos otros donde está, siempre, presente en sus versos.
Es la jerga popular del Río de la Plata y se renueva permanentemente. Hay palabras como "trucho" que ha trascendido la jerga para transformarse casi en idioma universal. Hay palabras como "chabón" que las nuevas generaciones popularizaron hasta el hartazgo. Hay un montón que seguimos utilizando, ya sin darnos cuenta de si pertenecen al idioma de Cervantes o al de Carlos de la Púa.
!Qué importa! Lo que importa es que nos entendamos ¿no es cierto, bepi? ¿O querés seguir amasijándote con el diccionario de la Real Academia, cuando, aquí nomás, a la vuelta de la esquina, un orre te bate: "¿qué me contursi con esta cheno, llena de minas que están, realmente, papirusas, como para llevarlas a la catrera?"
Y uno no sabe qué decir, sobre todo cuando acaba de dejar un libro de Unamuno donde expresa que de 20 modismos americanos, 18 son españoles.
!Dejá de joder, don Miguel! !Escuchá cómo hablan los atorrantes de los fecas! Siempre recuerdo cuando mi amigo Blas Raúl Gallo le dijo al escritor paraguayo Carlos Garcete, cuando éste hartaba diciéndonos que escribiría la mejor novela sobre Buenos Aires.
Gallo, mostrándole a Garcete el bolsillo chiquito del pantalón, le preguntó cómo se llamaba. Garcete se quedó mudo y el bueno de Gallo, le dijo, entre zumbón y cansado: "seguí comiendo. Este bolsillo se llama "chiquilín", se llama".
Una lección de lunfardía en una noche memorable del "Bachín" de los ´60.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el 2007, fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por la legislatura porteña.

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