Se acerca el 25 de mayo y se me infla el corazón de patriotismo. Me coloco la escarapela, me emociono ante las banderitas azul y blanca en las puertas de los taxis, me sumo a los desbordes sentimentales de aquellos que lanzan frases estruendosas sobre nuestro "ser nacional".
!Carajo! !Como para no emocionarse! Y luego, de secarme el llanto, y guardar el pañuelo, me pongo a pensar en toda la farsa del patrioterismo.
Y recuerdo que los alemanes se manducaron seis millones de personas con esto de la patria y de la raza aria. Y Stalin confinó en Siberia millones de tipos porque no habían comulgado con la "madrecita Rusia". Y, entre nosotros, desaparecieron miles de jóvenes bajo la consigna de "somos derechos y humanos". Y murieron centenares de pibes, congelados y sin saber por qué, porque a un hijo de puta se le ocurrió ir a "argentinizar" las islas Malvinas.
!Cuántas patrañas! !Cuánta demagogia de cuarta!
Dicen ser compatriotas tuyos, pero si te pueden pisar, te pisan. Ese colectivero que te cierra las puertas en las narices, ese empleadito de Banco que te da vuelta la cara, ese portero que te mira de arriba-abajo como si fueras el jorobado de notre dame, el que se quedó con tus ahorros, el que, todos los días, te garca con la inflación, son -en la realidad virtual- habitantes de tu mismo suelo y, por ende, tendrían que marchar, codo a codo, contigo, en la solidaria actitud de un paisano.
Pues, no es así. Vives en una selva y hay que disfrazarse de tigre, de chacal, de rata de pantano, de cualquier alimaña viva, para sobrevivir. !Qué tristeza!
De ese 25 de mayo, ya nos mienten de entrada todos los historiadores truchos que existen por ahí, lenguaraces y chantas, que se hacen la película con cosas que pasaron hace doscientos años.
Entonces, dicen que "el pueblo quiere saber de qué se trata" y el pueblo frente al Cabildo no llegaban a cien. Y dicen que llovía y estaban con paragüas cuando los paragüas valían cuatro reales cada uno (una fortuna) y venían importados de Londres. Nos hablan de French y Beruti que eran dos patoteros (parecidos a D´Elía). El premio a French, que era cartero, fue nombrarlo Coronel.
Mataron a Moreno, pero de eso no se habla. Ponderan a Dorrego, un imbécil que se permitió reírse de Belgrano porque éste tenía la voz aflautada. Y ya no había plata para construir escuelas...
En la actualidad, inflamado de patriotismo, el gobierno se traslada hasta !Salta! para celebrar el 25 de mayo. Cuando, en realidad, es un acontecimiento eminentemente porteño porque pasó en Buenos Aires y fue Buenos Aires el que le picó el boleto al Virrey. ¿Le tienen miedo a la Homilía de Bergoglio? ¿Tienen terror que Bergoglio, con su parsimonia y su cara de póker, los levante en peso? ¿Les diga la verdad en la cara?
Quiero el lugar donde vivo, donde me comporto honestamente y trabajo como un galeote. No necesito dar muestras de "patriotismo". Lo hago todos los días cuando laburo sin joder a nadie. Pero hay un montón de hijos de puta que deberían escribir 500 mil veces "soy patriota" y, luego, a patadas en el culo, habría que llevarlos hasta Luján y, más tarde, traerlos dentro de una bolsa de arpillera y arrojarlos al Riachuelo como desechos contaminantes denunciados por Greenpeace.
Empezando por los que tienen el poder, empezando por los que venden eso que dicen defender, no por treinta monedas de mierda, sino por millones de verdes que van a parar a sus grosas cuentas bancarias (en Suiza, por supuesto).
Pero, eso sí. !VIVA LA PATRIA!
Nunca está de más, para los turros, lanzar un grito argentino, claro, vibrante y falso.
ROBERTO DIAZ
(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el año 2007 fue declarado "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS.)
23.5.08
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