En esos discursos que dan vergüenza ajena, nuestro presidente, en un alarde más de su patoterismo infantil, dijo que el próximo 28 de octubre, desde Tierra del Fuego (¿Tierra del Fuego?)a Jujuy, las urnas "van a estar llenas de buena memoria".
Un santacruceño (que lo conoce bien) le contestó: "sí, presidente, ojalá tengamos buena memoria" y pasó a enumerar lo que deberíamos recordar todos.
Recordar, por ejemplo, que este buen señor se olvidó de los "derechos humanos" que tanto pregona y, durante la dictadura militar, se fue a hacer negocios a Santa Cruz, como abogado usurero. Esto le permitió la fortuna que, hoy, tiene. Más de 25 propiedades declaradas en el sur y otro tanto en poder de testaferros.
Ojalá recordemos -dice este memorioso santacruceño- que fue un gobernador menemista, que votó a Menem en 1989, que hizo lobby en el Congreso para que se votaran las leyes de privatización de YPF y de hidrocarburos, que respaldó la reelección presidencial en 1995; que, junto a su esposa Cristina, fueron entusiastas partidarios de reformar la Constitución, en 1994, para permitirle la reelección a Menem y para que le diera una excusa y hacer lo mismo en Santa Cruz.
Que en su provincia, hizo lo mismo que Menem. Consiguió la reelección, creó una Corte que le fuera adicta, manejó a los jueces, asfixió a la prensa y vivió gracias a las regalías petrolíferas que le enviaba "su jefe político desde Buenos Aires".
Ojalá recordemos -sigue diciendo este memorioso- que en el 2001, este señor defendía la Convertibilidad y decía que, salir de ella, sería "un error catastrófico".
Como funcionario público, multiplicó de modo impresionante su patrimonio y además se abstuvo de presentar declaraciones juradas que nunca, por otra parte, le reclamaron.
Que la "Argentina del pasado" de la que habla, estaba integrada por él y muchos de sus ministros y funcionarios. Scioli fue funcionario de Menem y Duhalde; Alberto Fernández fue legislador de Cavallo y superintendente de seguros del menemismo, Martín Redrado, presidente del Banco Central, fue funcionario económico menemista, Aníbal Fernández, prófugo de la justicia, fue ministro de Duhalde y de Ruckauf en la provincia, Ginés González García fue ministro de Duhalde, Miguel Angel Pichetto apologista del menemismo, ahora presidente del bloque de senadores, etc. etc. etc.
Como vemos, este santacruceño de muy buena memoria, puntualiza una serie de actos y acciones del pasado, de los cuales el presidente parece haberse olvidado.
En un país como la Argentina, donde la desmemoria es una constante, pueden supervivir estos personajes nefastos, siempre encaramados en el poder de turno.
Ojalá, algún día, recuperemos la memoria en serio...
ROBERTO DIAZ
(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)
29.6.07
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