30.5.07

Los silencios

Decía, el otro día, en un Editorial del diario "La Ciudad" de Avellaneda (en donde trabajo desde hace casi treinta años) que las autoridades nacionales siguen haciéndose las desentendidas de los graves problemas que padece el país. Entonces, se llaman a silencio; silencio que, por otra parte, es artero, cínico y malintencionado.
La Argentina está llena de silencios infames. Durante el Proceso Militar, la mayoría de la población junto con los militares que habían asaltado el poder, se hacían los distraídos de los serios sucesos que aquí ocurrían. Los muertos y desaparecidos de la dictadura militar contaron con el silencio cómplice de muchos compatriotas.
Y sigue ocurriendo en la llamada "democracia" donde el gobierno de Kirchner, se silencia y no da su palabra ante la ola de crímenes urbanos y suburbanos, ante los graves episodios de violencia como los de la estación Constitución, ante los desórdenes e incidentes en las canchas de fútbol, en los problemas de los docentes en Santa Cruz, ante el colapso generalizado de falta de gas, energía, caos en el transporte público, en el tránsito, en los hospitales, en las escuelas, etc.
Así es muy fácil gobernar. Desentendiéndose de los graves problemas que atraviesa la población, que ante el intenso frío no tiene gas, que le cortan la luz en cualquier momento y a cualquier hora, que no tiene una educación que sirva para sus hijos, que no puede ir a los hospitales porque la espera es monstruosa y que no puede salir tranquila a la calle porque la asaltan y la matan.
Esto no es ficción ni realidad virtual; es una verdad de a puños. Entonces ¿de qué vale la reserva monetaria de la que se jacta el gobierno si aquí no hay política de Estado ni se solucionan los padecimientos de la gente?
No mintamos más.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

20.5.07

¿Lunares o verrugas?

El economista Pablo Broder disertó en el Rotary Club de Avellaneda; supusimos que daría un pantallazo sobre la realidad económica del país, pero, en verdad, Broder se limitó poco a la economía aunque señaló algunas dificultades próximas y se centró más que nada en lo político, donde cargó muy fuerte contra el gobierno de Kirchner.
Entre las cosas que marcó, está el problema de la propia provincia del Presidente -Santa Cruz- la corrupción que saltó en la empresa Skanska, el avance sobre la magistratura, la descalificación permanente a la oposición, la complicidad de los medios de comunicación, los fondos reservados, la poca transparencia en el manejo de la cosa pública y el tema del INDEC, que ha superado todo análisis racional.
Broder señaló la falta de seguridad jurídica que conspira contra las inversiones y dijo que China y la India son los dos países que están recibiendo mayor ayuda de los inversionistas.
También sorprendió el dato de que exportamos toneladas de soja e importamos containers !llenos de celulares!
Dentro de América Latina, figuramos en el noveno lugar, detrás de países como Chile, Brasil, Colombia, México y algunos de Centro América.
Todo esto y mucho más dijo el orador en la casi hora de exposición.Fue, sin duda, muy crítico, pero su análisis me pareció correcto. En definitiva: dijo lo mismo que vengo diciendo en mis editoriales del diario, donde critico esta gestión casi desde el inicio.
El autoritarismo del Presidente,su hegemónico modo de manejar la cosa pública, su prepotencia y su falta de diálogo con todos los sectores, hacen que el país esté como en vilo,sentado solamente sobre la bonanza económica que, como expuso Broder, no es tal si la comparamos con otras naciones del continente.
La protesta social, que se está haciendo oír y muy fuerte, puede ser un detonante muy serio para el gobierno.Da la impresión que comienzan a desbordarse muchos temas que, o estaban ocultos o comenzaron a salir a la luz, con virulencia.
También comentó Broder que los medios de comunicación, muy cómplices en general con el gobierno, están empezando a decir algunas cosas.
Fue una noche anti-kirchnerista. Y la concurrencia lo escuchó con respeto más allá de la ideología que puede profesar cada uno.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

15.5.07

Entre la salud y la enfermedad

Hablaré un poco de la salud física y, también, de la enfermedad física. Porque los otros males, los del alma, son, creo, mucho más comunes y menos visibles que estos.
Los tiempos que corren tienen de los dos, pero seguramente las enfermedades del espíritu suelen esconderse en los arcones, en los viejos rincones de las casas y, a veces, se está muy enfermo y el que lo padece no lo sabe.
Las comunidades modernas están enfermas de soledad, de desamor, de falta de solidaridad. Están enfermas de soberbia, de estupidez, de afán de protagonismo, de banalidad, de apariencia, de indolencia. Estas son algunas de las enfermedades interiores que el hombre intenta disfrazar con eufemismos, con cháchara hueca o con ominosos olvidos.
Pero quiero hablar de la otra, de la enfermedad física. La salud es un bien invalorable, se dice desde los tiempos antiguos. Es una verdad de a puños. No es lo mismo transitar por la vida con buena salud o sin ella. Cuando un hombre está enfermo, es medio hombre. Pierde el sentido de trascendencia, se abandona a todo lo funesto, se vuelve patético e indefenso.
Por eso, causa pena observar esas salas de espera donde están los "pacientes", aguardando, muchos de ellos, por esa medicina milagrosa, por esa palabra que dice el médico y sirve para levantar el ánimo. A veces, el diagnóstico es a cara y cruz. A veces, salva y, otras, hunde. La medicina actual tiene infinitos caminos para develar los misterios de la enfermedad. Y en esos estudios que suelen realizarse, el resultado tiene dos caras.
Es importante que concurramos a los médicos, que no le prestemos atención a la infinidad de charlatanes que lucran con medicinas "alternativas" ni pensemos, tontamente, que aparecerá la pócima salvadora. Sólo se trata de aplicar el sentido común.
No es bueno estar enfermo, padecer de dolencias, tener la incertidumbre de cómo se resolverá el tema de nuestra salud; no es bueno tener achaques, sentirse disminuido físicamente, penar por los consultorios sin alcanzar el bienestar.
Por lo tanto, es importante la tarea preventiva, anticipar los males, desechar las sorpresas no deseadas.
Mientras consigamos que nuestro cuerpo responda con eficacia a las contingencias de la vida diaria, mientras sintamos que su respuesta es, al menos, coherente y positiva, mientras la plenitud de nuestro cuerpo nos permita desarrollar a la perfección nuestra vida, habremos alcanzado esa felicidad que no pasa, como creen algunos, en bolsillos repletos y sí pasa por estar en armonía con nosotros mismos.
Desde luego, cuerpo y mente son una sola cosa y aquello que, ya, los antiguos conocían a la perfección, debe ser el resultado de una vida vivida lo más intensa y agradablemente posible.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

11.5.07

Las evasiones

Desde que el mundo es mundo y el hombre es hombre, siempre necesitó éste de una puerta abierta, de un espacio libre, de un mundo distinto, de un paisaje que lo entretuviera y de juguetes que le obligaran a jugar y, así, escapar de la agobiante, de la mediocre realidad.
Las evasiones, entonces, no quedaron solamente limitadas a los encarcelados en las prisiones reales. Cada uno de nosotros es un prisionero, de diferentes prisiones, pero prisionero al fin.
Por eso, la literatura de evasión, por eso las interminables argucias humanas para distraerse; la guerra fue, en la antigüedad, el espectáculo de distracción que se inventó y a pesar de las masacres y a pesar de las vidas humanas que quedaban en los campos de batalla, el ser humano sentía que esa adrenalina despedida era lo mejor que podía pasarle para vencer a la opaca existencia, a la dramática realidad.
Los años pasaron, pasaron las civilizaciones y el hombre de hoy busca, desesperadamente, nuevas opciones para escapar. Todos los días, inventa artefactos, inventa cosas como el cine y la televisión, inventa las computadoras, el Internet, los juegos virtuales. El hombre se fabrica nuevas ventanas abiertas para poder evadirse.
Entre esas evasiones, están, hoy por hoy, los libros de autoayuda donde ciertos autores dan consejos, les dicen cómo deben proceder ante determinadas situaciones y todo eso sirve para quedarse fuera de la realidad por un rato e imaginarse que, a partir de esa lectura, podrán ser otros.
También están los programas televisivos donde cuentan las vidas ajenas y hacen vivir momentos que parecen señalados para uno, pero no. Todo es ficción, todo es falsa realidad.
Sin embargo, son los que más ratings tienen; son los más vistos y comentados. Como ese invento de "Gran Hermano", una densa y morosa exposición de vidas ociosas metidos en una casa y que nosotros observamos desde el sillón de nuestro living.
Son infinitas las maneras de querer vencer el hastío que propone la realidad. Un día, Oscar Wilde se encontró con un amigo que hacía mucho no veía y éste le contó una historia tan real y tan aburrida que Wilde le dijo: "Mira, por lo que me cuentas, sé que es la realidad, pero había una vez un hombre en un pueblito de pescadores que, mientras todos iban a pescar, él se quedaba; y a la noche, junto al fuego, cuando los pescadores le preguntaban: hoy ¿qué has visto?, él contaba que había visto una sirena peinándose, en el mar, sus cabellos verdes con peines de oro y, al otro día, ante la misma pregunta, él contaba que había andado por el bosque y había visto un fauno que bailaba al son de una flauta. Y los pescadores lo escuchaban...
Hasta que un día que fue al mar y vio a la sirena y, luego, fue al bosque y vio al fauno, por la noche cuando le preguntaron qué había visto, él contestó: "hoy no he visto nada".
Siempre la fantasía será más poderosa que la realidad; lo que sucede es que hay mundos fabricados que tienen más poesía, más belleza que otros.
Estos mundos fabricados por la TV o por los libros de autoayuda son tan o más mediocres que la propia realidad.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

1.5.07

El Precinto 87

Muchos años atrás, llegó a mis manos un libro firmado por un tal Evan Hunter. Trataba sobre una escuela de artes y oficios en una zona marginal de los Estados Unidos y de los esfuerzos de un Profesor por encausar a esos alumnos que tenían severos problemas de conducta. El libro era aleccionador, estaba bien escrito, me interesó su historia y coincidía con el planteamiento del autor: sin conocimientos, sin aulas, es imposible mejorar la vida.
Ese libro se convírtió, luego, en una película que se llamó "Semillas de maldad".
Y ese Evan Hunter se transformó en un escritor de novelas policiales llamado Ed McBain, también llevado al cine por su invención del "Precinto 87" una comisaría de una ciudad ficticia llamada Isola (en realidad, es Nueva York) donde se plantean los distintos casos que se suceden allí y en el que tienen intervención una galería de detectives donde descuella Steve Carella (el que tiene una esposa ciega) Meyer Meyer (un judío simpático ) Anthony Parker y otros.
Las novelas de McBain son entretenídisimas, tienen el ritmo vertiginoso de la acción y cualquiera de sus títulos es sinónimo de lectura amena, sobre todo la que más me gusta: una novela llamada "Nocturno" que me regaló, una tarde en Madrid, mi amigo Fernando, en la versión original, en inglés. Me pareció estupenda. Tiempo después, se publicó en castellano.
Este Ed McBain es un italo-yanki que se llama Salvatore Lombino y que, siempre, se escondió bajo seudónimos distintos. Aunque este Ed McBain es el más conocido. Sus títulos más llamativos son: "!Cuidado con el Sordo!" un criminal astuto que provoca al Precinto llamando, periódicamente,por teléfono, burlándose, y volviendo frenéticos a los detectives. "Jack al acecho de la semilla", "En otro sitio de la ciudad", "Veneno" y la que, ya, cité: "Nocturno".
Como dije antes, muchos de estos títulos fueron llevados al cine.
El Precinto 87 (lugar donde se desenvuelve las tramas de estas novelas) revelan, con singular realismo, la vida dentro de una comisaría, con sus luces y sus sombras, y en ese entrecruzamiento de dramas y comedias, se va gestando la historia principal.
Es un buen antídoto para el aburrimiento y es un placer leer a McBain porque cierra con experimentado oficio sus libros.
Este escritor murió de cáncer en 1977 y fue el guionista del filme "Los Pájaros" que dirigió Alfred Hitchcock; la novela, como recordarán, es de la escritora inglesa (autora, también, de "Rebeca") Daphne Du Maurier.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)